La civilización moderna ha generado grandes trastornos en los sistemas ecológicos de muchos lagos. El uso de aguas lacustres para el consumo humano, regadíos, producción de energía eléctrica, transporte y actividades recreativas se ha llevado a cabo frecuentemente sin las debidas medidas de precaución para preservar la riqueza biológica.
jueves, 5 de noviembre de 2009
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